En una ocasión un hombre bajo quiso atizarme con un paraguas. El paraguas se rompió y este hombre se enfureció aún más conmigo. Le recomendé que la próxima vez que comprara un paraguas se asegurara de su calidad. A lo que el hombre desencajado me grito ¡Váyase usted a la m….!
Moraleja. Antes de enfrentarte a alguien que tú, comprueba tus armas.