Adiestrados en el capitalismo más agónico, la vida antes normal, ahora es hueca, como un envase de cartón de cincuenta céntimos. Todo es envase, todo promesas, con ingredientes que no conocemos, y caducidades programadas. Bebed del envase, inhalar su ahora a rosa envenenada. No temáis….vuestras entrañas no saben gritar; ni llorar ; ni implorar.
Hasta que un día la hormiga quiera ser otra cosa y deje de acarrear la avaricia de pocos en su espalda. Ese día, y a esa hora, todos estaremos presentes, en hueso, en polvo, en sueño. Pero estaremos….